“No hay opción entre ser digital o no. Si creo que sí, soy un dinosaurio”. Así resumieron desde Telefónica Movistar la importancia de la conectividad, pero sobre todo poder entender cómo las personas utilizan esas conexiones, algo que quedó reflejado en el Informe de Sociedad Digital (ISD) de América Latina elaborado por la Fundación Telefónica Movistar.

José Juan Haro, director de Asuntos Públicos y Negocio Mayorista de Telefónica Hispam, explicó que muchas de “las estadísticas oficiales suelen centrarse en la penetración de las redes. Eso es una visión parcial porque las personas utilizan la tecnología de maneras a veces no previstas por el proveedor. En pandemia, por ejemplo, tener conectividad o no era la diferencia entre acceder a la educación, el trabajo y la salud”.

El desarrollo del ecosistema digital en los países de la región durante la pandemia, y los retos que enfrentan para continuar profundizando esa transformación digital forman parte de la primera edición del ISD para América Latina, un informe que en España ya lleva 20 años y permite tener un panorama detallado acerca de cómo evoluciona la digitalización.

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“Ofrece una mirada desprejuiciada. En España, por ejemplo, abrió el diálogo para enfrentar diferentes retos”, mencionó Haro.

Eso mismo busca replicar Telefónica Movistar en América Latina, confirmando en primer lugar que la región es heterogénea, incluso dentro de cada país: “Los centros urbanos tienen servicios que evolucionan de forma permanente. Coexisten con las zonas rurales, donde ese desarrollo no ocurre a la misma velocidad dados los retos técnicos para hacerlo”, agregó Haro.

El ISD permite establecer que la conectividad por sí misma no es suficiente, no alcanza para habilitar la llamada “vida digital”. “No hay opción entre ser digital o no. Si creo que sí, soy un dinosaurio. Debemos estar fuertemente en lo digital, hablar de los riesgos de no estar ahí”, adelantó Haro y agregó: “El dinero no compra todo. Habilita. No se puede invertir solo en conectividad. No se trata solo de redes, es más importante la educación, poder sacar frutos de la infraestructura”.

Inversión en infraestructura, sí; pero también en educación, en desarrollo de empresas digitales (…) si queremos inversiones en un país, hay que desarrollar un marco que lo permita. Como industria, no creemos que la regulación de precios cree un buen entorno para el desarrollo”, explicó el ejecutivo en referencia al DNU 690, que declara servicios públicos a la telefonía celular, a los servicios de internet y a la televisión paga.

Cómo afectó la pandemia

La imagen inicial que devuelve el estudio es la de una región que fue intensamente afectada por la pandemia en términos tecnológicos, y la necesidad irreversible que tiene de profundizar el camino hacia la digitalización para achicar las barreras de acceso, reduciendo las desigualdades sociales y económicas y promoviendo los procesos de transformación.

Entre las principales conclusiones, el estudio reflejó que la compañía reportó en ese período un incremento en el tráfico de datos móviles de un 60%; y en las redes fijas, de un 47%. “La pandemia actuó como un acelerador de los tiempos en los procesos de digitalización de todos los sectores sociales”, explicó.

El ISD muestra que alrededor de 23 millones de personas teletrabajaron en la región, de los cuales el 84% se manifestó satisfecho con haber podido continuar con su labor profesional desde su casa. Para ello, la conectividad fue determinante como factor de inclusión y automatización del trabajo.

No obstante, y si bien América Latina avanzó en su digitalización -y se encuentra en una posición intermedia, por encima de África y Asia-, aún un tercio de la población no hace uso de internet, especialmente en zonas rurales y alejadas. Aquí, el desarrollo del ecosistema requiere promover la inclusión digital orientada a expandir la cobertura y conectividad.

Expandir la digitalización

En América Latina, la falta de homogeneidad en los procesos de autorización continúa siendo una de las principales barreras para el despliegue de nuevas infraestructuras. También urge desarrollar políticas que faciliten la innovación y la adopción de servicios digitales, arroja la investigación.

A pesar de la convergencia de tecnologías y servicios, en numerosas ocasiones los marcos normativos de los países de la región siguen actuando en compartimentos estancos.

Para destrabar esa situación -esgrime el informe-, es imperiosa la colaboración entre el sector público y el sector privado, así como la certidumbre y seguridad jurídica, como generadores de confianza para promover la inversión y nuevos modelos que extiendan el acceso y calidad de los servicios en igualdad de condiciones para todos los actores del ecosistema.

Digitalización y economías regionales

El estudio también analiza el papel de la digitalización en la recuperación económica de América Latina. Destaca que las pequeñas, medianas y microempresas, que constituyen el grueso del tejido productivo latinoamericano, pueden superar las limitaciones a través del uso de tecnología.

Para consolidar la digitalización es clave fomentar la formación de habilidades digitales en los trabajadores, pues un 56% de las empresas menciona la dificultad de encontrar talento como una de las principales barreras de adopción.

En América Latina, según el BID, un aumento promedio del 10% en la penetración de banda ancha en los países de la región podría provocar una subida del 3,19% del producto interior bruto y del 2,61% de la productividad, contribuyendo a crear más de 67.000 empleos directos.

Argentina – evolución de la sociedad digital

En Argentina, durante 2020, en plena pandemia, la facturación del comercio electrónico creció un 124%. El número de compradores online creció 1,3 millones con respecto al año anterior, y alcanzó los 20 millones de compradores.

En 2019, el 95% de la población argentina estaba cubierta por al menos una red de 3G y el 91,2% disponía de cobertura mediante al menos una red 4G. La penetración de la telefonía móvil se situó en 2020 en las 120,2 líneas por cada 100 habitantes.

La penetración de la banda ancha fija llegó en 2020 a los 21 accesos por cada 100 habitantes. La televisión por suscripción obtuvo una penetración de 21,2 accesos por cada 100 habitantes.

En el cuarto trimestre de 2020, el 90% de los hogares del país contaban con acceso a internet, 7,1 puntos porcentuales más que en 2019.

A finales de 2020, el 72,5% de los usuarios de internet entre 16 y 64 años compraron algún producto online.

De cara al futuro, el estudio refleja que para 2023, los dispositivos conectados llegarán a 1.000 millones en la región.

“Es importante proveer habilitadores que permitan utilizar el internet de forma productiva y para esto es fundamental el desarrollo de las habilidades digitales. Además, La tecnología digital no solo ofrece las mismas opciones que lo que brinda el mundo analógico. Es clave que repensemos las oportunidades que nos presenta el mundo digital para realmente hacer avanzar a nuestra sociedad. En este sentido, es un orgullo el trabajo que la Fundación Telefónica Movistar hace por impulsar la cultura digital y el desarrollo de las nuevas competencias en las comunidades más desfavorecidas”, finalizó Haro.

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