Los Galaxy S8 y S8+ de Samsung poseen varios sistemas de seguridad para bloquearlos: lector de huellas, escáner de iris, reconocimiento facial o los clásicos patrones y contraseñas de texto.

Todos tienen un nivel de seguridad distinto, algo que queda en evidencia al configurarlos ya que la propia Samsung lo advierte. ¿Por qué el reconocimiento facial no es tan eficiente? Sencillo: una simple foto del usuario es capaz de desbloquear un Galaxy S8.

El agujero en la seguridad quedó en evidencia gracias a un video del canal de YouTube Marcianophone. Durante una transmisión en vivo desde Nueva York, trataron de comprobar cómo reaccionaba el sistema de reconocimiento facial ante la foto del usuario que había configurado el Galaxy S8.

Tras un par de intentos fallidos y ante la sorpresa general, el Galaxy S8 se desbloqueó. Pensando que podía tratarse de un error, hubo otros intentos con el mismo resultado: demora, pero el dispositivo confunde una foto con un rostro humano.

Android 4, en 2011, tuvo el mismo problema e intentó solucionarlo, pidiendo al usuario que pestañeara. No importó: el sistema, gracias a sencillos trabajos de Photoshop con fotos del usuario con los ojos abiertos y cerrados, también podía ser vulnerado.

Samsung, que parece haber construido el sistema de reconocimiento facial desde cero, repite hoy los mismos errores y parece estar al tanto: de los tres ítems de seguridad biométrica, es el único que no puede ser empleado para autorizar compras mediante el sistema de pagos Samsung Pay.

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