Samsung Electronics cerró 2016 con un beneficio de u$s25.137 millones, un 10,7% más que el año anterior, a pesar de la pobre performance de la división de móviles tras el escándalo del Galaxy Note 7.

En el último trimestre de 2016, las ganancias subieron a u$s7.910 millones, un 50,11% más que lo registrado en el mismo periodo de 2015, todo gracias a los buenos resultados de su división de semiconductores.

En el tercer trimestre, Samsung tuvo que retirar del mercado su Galaxy Note 7 tras los reportes sobre incendios. El caso generó una pérdida de u$s5.247 millones, compensada en cierta manera por el buen desempeño de la familia S de smartphones.

“Los resultados del cuarto trimestre vinieron impulsados por el negocio de componentes, principalmente los segmentos de unidades de memoria y pantallas”, detalló la empresa.

El buen balance de Samsung llegó un día después del anuncio sobre las razones que provocaban los incendios en los Note 7. La empresa continúa inmersa en otro escándalo, pero esta vez de índole política por un caso de corrupción en el que la fiscalía pidió, sin éxito, la detención del heredero de la empresa más importante de Corea del Sur.

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