La creencia urbana dice que la mayor presencia de monopatines eléctricos aumentó la cantidad de accidentes. En EEUU lograron que esa creencia tenga números precisos: entre 2014 y 2018 las lesiones crecieron 222%, con más de 39.000 personas lastimadas. La tendencia seguramente se replique en otros países, aunque por ahora no haya cifras concretas.

Los datos provienen de un estudio de la Universidad de California de San Francisco (UCSF) determinó que las admisiones en los hospitales por lesiones con monopatines eléctricos crecieron 365% en ese periodo, totalizando 3.300 casos.

En 2014 se observaban 6 accidentes cada 100.000 personas, cifra que en 2018 trepó a 19 por cada 100.000.

El estudio aclara que las cifras podrían ser mayores dado que los datos podrían no incluir a una gran cantidad de personas que habrían decidido no acercarse al sistema de salud para tratar sus heridas.

Lesiones más frecuentes

“Cerca de una tercera parte de los pacientes sufrieron traumas en la cabeza, más del doble que lo observado entre las lesiones de ciclistas. La mayor parte de los accidentes son protagonizados por personas de entre 18 y 34 años”, remarcó el estudio.

La UCSF determinó que las lesiones más comunes fueron fracturas (27%), contusiones y abrasiones (23%) y laceraciones (14%).

El estudio sugiere que una gran cantidad de accidentes podrían ser menores en importancia si los usuarios utilizaran cascos mientras andan en monopatín.

En países como Argentina es obligatorio el uso del casco y la circulación fuera de las veredas, normas (sobre todo la primera) que rara vez se respetan.

De hecho, el estudio de UCSF no posee datos precisos sobre la cantidad de peatones embestidas por monopatines.

Un caso relatado en primera persona fue el de la periodista Irina Sternik, que sufrió una fractura durante un paseo con uno de esos vehículos.