Las personas que no tienen mucha relación con la construcción quizás nunca escucharon hablar de lo que es una “geomanta flexible”. Pero aunque la construcción a gran escala no es un tema de conversación muy habitual, aprender cosas nuevas nunca viene mal. Esta nota trata de una tecnología de construcción que es más extendida de lo que podemos imaginar y cuyos usos son interesantes. Dentro de las estructuras de refuerzo, cabe distinguir lo que se conoce como geomantas flexibles.

¿Qué es una geomanta flexible?

Se trata de un geocompuesto en forma de manta que se caracteriza por su ligereza, flexibilidad y permeabilidad. Están realizadas a base de fibras, bien sintéticas o naturales, las cuales se sujetan por mallas planas o tramas tridimensionales. El resultado es una capa de entre 10 y 20 mm de espesor, de gran porosidad, y sobre todo, muy deformable.

¡Genial! ¿Y se usan para…?

El uso de geomantas flexibles se lleva a cabo, principalmente, con la intención de ofrecer protección al suelo frente a la erosión. La acción de los ríos, la lluvia y el viento provoca en el terreno un efecto erosivo continuado en el tiempo, el cual puede provocar importantes variaciones en la orografía.

Las geomantas flexibles son una de las soluciones para que esto no tenga lugar. La estructura de las geomantas flexibles permite que en su interior se aloje suelo orgánico y humedad, que es el entorno ideal en el que la vegetación se desarrolla.

Al facilitar el desarrollo de la vegetación y contribuir a su refuerzo, la zona sobre la que se aplican se mantiene a salvo de estos procesos erosivos, ya que las plantas ejercen una acción fijadora sobre el terreno.

El uso en la práctica

Haciendo uso de sus características, las geomantas flexibles se emplean para solucionar distintos problemas.

Por ejemplo:

  • Si una zona ha sufrido erosión y se pretende restaurarla en el menor tiempo posible, el uso de una geomanta flexible será de utilidad, al facilitar el crecimiento de la vegetación.

  • En combinación con geomembranas pueden utilizarse para el transporte de líquidos, también se emplean a modo de revestimiento en las riberas fluviales con baja velocidad del agua, y para conservar la vegetación en taludes ante la acción erosiva del agua y el viento.

  • En general, se utilizan las geomantas siempre que se pretende facilitar que el agua se infiltre en un terreno, cuando se quiere crear una especie de acolchado vegetal, reducir la evaporación del agua que un terreno retiene o amortiguar la temperatura de un suelo.

  • Por lo tanto las geomallas flexibles son una ayuda importante para evitar los efectos de la erosión, la sequía y las lluvias torrenciales y reduce el impacto ambiental que de éstos fenómenos se deriva.