La tecnología debe generar inclusión y Braileo es uno de los mejores ejemplos. Se trata de una aplicación para móviles desarrollada por estudiantes de Ingeniería en Sistemas de Información de la UTN capaz de traducir imágenes del braille al español.

De esa manera, chicos no videntes o con disminución visual pueden insertarse sin problemas en la escuela y diversas instituciones.

Braileo funciona de manera sencilla: los usuarios toman una foto con sus teléfonos celulares a un texto escrito en braille y, a través de la aplicación, obtendrán su decodificación en castellano.

Los alumnos Juan Pablo De Blas, Pablo Arias, Romanela Ferroni, Lautaro Poggio y Nahuel Ferrrari eligieron trabajar en este desarrollo para la asignatura “Proyecto Final”, en la que los estudiantes deben integrar todos los conocimientos adquiridos a lo largo de la carrera antes de recibirse de ingenieros.

Braileo permite a los docentes interpretar un texto en braille sin necesidad de conocer el lenguaje. A las escuelas especiales les permitiría traducir documentos de ese lenguaje al castellano: “Visitamos escuelas especiales, en donde nos contaron que los docentes están constantemente codificando texto en braille a castellano y de castellano a braille. La herramienta les facilitaría la tarea diaria”, explicó Ferrari.

Cómo nació la idea

A través del sitio Innovar Argentina, del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Nación, detectaron la necesidad de desarrollar un mecanismo que permitiera traducir textos de braille a castellano. Dicha necesidad fue relevada por Juan Martín Quiroga, estudiante de la Universidad Nacional de Río Negro. Quiroga se reunió con docentes que le plantearon que no podían entender lo que escribían en braille algunos alumnos no videntes que tenían.

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“Él realizó una investigación y la publicó en la web de Innovar. Al ver la demanda, nos comunicamos con él, empezamos a relevar datos para ver si íbamos a poder llevar a cabo el proyecto, y afortunadamente, decidimos hacerlo. Para eso, tuvimos contacto con él durante todo el proceso”, destacó Poggio.

Ferroni, responsable de aprender braille, explicó que el equipo visitó la Escuela Especial nº 34 para reunirse con María Fernanda Carloni, docente e investigadora especializada en discapacitados visuales. “Nos comentó que en las escuelas especiales reciben textos en braille en sobre cerrado para ser decodificado. También nos contó cómo escriben, que utilizan la máquina de perkins, del manejo diario, de la importancia que tiene el braille”, sostuvo.

Complejidad

Los estudiantes estuvieron todo el año trabajando en el desarrollo de Braileo: “La dificultad más importante que sufrió el proyecto fue el procesamiento de la imagen, porque la decodificación se hace a partir de una foto y hay muchos factores que influyen, la luz, los colores, si está manchada. Lograr que el procesamiento de la imagen sea adecuado para lograr una correcta decodificación fue lo más complicado”, explicó Arias.

Para lograr la calidad de imagen necesaria, Braileo utiliza una serie de filtros con los que se logra mayor nitidez y permite determinar dónde hay puntos o no. “Después lo que hacemos es separar en una grilla porque cada carácter del braille está formado por dos columnas y tres filas de seis puntos. Luego de tener la grilla armada con los caracteres, hacemos la transcripción, carácter por carácter”, sostuvo Ferroni.

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Disponibilidad

Braileo fue desarrollada para Android, pero todavía no está publicada ya que, según explicaron a Ovrik, todavía deben pulir algunos detalles y comenzar los procesos para patentarla. La app será gratuita y en un futuro habrá una versión para iOS.

“La idea estuvo limitada a Android para el proyecto de nuestra Facultad, pero queremos ampliarla a otros sistemas operativos. Pensamos la aplicación para incluir a los chicos en las escuelas, pero se puede emplear para lo que se desee. En la Editora Nacional de Braille nos aseguraron que tienen muchos documentos en braille que no están transcriptos, y para eso también se podría utilizar la aplicación”, explicó Arias.

El desarrollo de esta aplicación generó interés en las autoridades del ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires. “Nos reunimos con Constanza Etchevez, la jefa de Gabinete de la Dirección de Tecnología Educativa, quien se mostró muy interesada en el proyecto por lo que intentaremos tener otra reunión antes de fin de año para ver cómo podemos continuar con la idea y que se emplee en el sistema educativo de la Ciudad de Buenos Aires. Y, si se pudiera, llegar a todo el país”, finalizó Ferroni.