La fiscalía de Corea del Sur reclamó 12 años de prisión para Jay Y. Lee, vicepresidente de Samsung y heredero del imperio, debido a su participación en la causa conocida como “Rasputina”, donde se investigan sobornos pagados al anterior gobierno de ese país asiático.

Lee está detenido desde febrero por cargos que incluyen malversación, perjurio, transferencia de activos al extranjero y la ocultación de ganancias obtenidas a partir de un delito. Todo, dentro del escándalo que el año pasado derivó en la salida de la ahora ex presidente coreana Park Geun-hye.

La definición del caso se conocerá el 25 de agosto, judicial se espera para el 25 de agosto.

«Nunca he pedido a nadie, incluyendo a la ex presidenta, por nada para la compañía ni para mi ganancia personal», aseguró Lee en una declaración final, con la voz quebrada. Se detuvo varias veces durante su alocución, conteniendo las lágrimas.

«Lamento profundamente haber provocado tamaña decepción y pido disculpas», agregó.

El caso

Los fiscales creen que el heredero del imperio electrónico, de 48 años, autorizó el apoyo financiero de Samsung a Choi Soon-sil, amiga íntima de la presidenta Park Geun-hye y apodada la “Rasputina surcoreana”, a cambio del visto bueno del gobierno en un acuerdo de fusión de dos de sus filiales.

Lee y otros responsables de Samsung admitieron el pago de unos u$s37 millones a entidades teóricamente controladas por “Rasputina”.

El detenido es nieto del fundador de Samsung, Lee Byung-chul. Si bien su posición es la de vicepresidente, asumió de manera no oficial el control de la empresa el año pasado, justo después de que su padre, Lee Kun-hee, sufriera un infarto en mayo de 2014 que lo mantiene hospitalizado y sin habla.

Las actividades de Samsung, que fabrica autos, maquinarias, electrónica y tiene presencia en el sector del turismo, entre otras, representan cerca del 20% del PBI de Corea del Sur.

El escándalo puso en jaque a los “chaebol” (grandes conglomerados empresariales), debido al carácter hereditario de sus altos cargos y sus vínculos con el poder.