Primero fue Informática Fueguina, del Grupo BGH, luego Banghó y ahora es el turno de Air Computers, fabricante de CX, quien deberá achicarse y reconvertir su negocio a causa de la decisión del gobierno de Mauricio Macri de bajar de 35% a 0 los aranceles para importar computadoras y tablets.

A los más de 200 empleados que Banghó despidió en la semana, se sumarán en breve otros 100 de Air Computers, con sede en Santa Fe y oficinas en diversas provincias.

«La medida, dispuesta por la Secretaria de Comercio del Ministerio de Producción de la Nación, hace inviable la producción local ante la imposibilidad de competir con productos provenientes de países con altos subsidios a la exportación, como es el caso de China», justificó Banghó. El argumento es compartido por todas las fabricantes locales.

Sergio Airoldi, CEO de Air Computers, explicó que todavía no hubo despidos, pero la empresa está preparada para tomar diversas medidas en caso de que prospere la decisión del Gobierno.

Si eso sucede, la empresa cerrará la fábrica y volverá con más fuerza a sus orígenes: la distribución. «Nunca dejamos de ser distribuidores, pero en los últimos años la venta de productos de fabricación propia había crecido mucho. Si los aranceles cambian de manera brusca a cero en productos terminados, seremos distribuidores de nuestras marcas propias, pero fabricadas 100% en China y de marcas internacionales, es decir un modelo netamente comercial”, explicó.

Además de eso, la empresa también incrementará sus importaciones. Air Computers desarrolla una marca para traer diversos accesorios, incluidos auriculares y parlantes Bluetooth, mochilas y soportes.

Tensa espera

Las cámaras que agrupan a los fabricantes locales (CAMOCA y CAME) proponen bajar del 35% al 16% los derechos de productos finales, y reducir las partes al 0%. “Eso dará tiempo a que la industria local se reacomode, se ponga competitiva y no tenga que cerrar fábricas, dejando a miles de personas sin trabajo. La realidad es que no hay demanda de trabajo de otros sectores como para que la gente logre reubicarse”, señaló Airoldi.

Apuntó que la baja de aranceles “genera diferencias, incluso dentro del Gobierno debido a que, si bien la cartera de Comercio la apoya, desde los Ministerios de Producción y de Trabajo no están del todo de acuerdo”.

“La informática es parte estructural para el desarrollo de cualquier otra industria, pero la baja de los precios no pasa únicamente por los aranceles. En esa cadena se incluyen impuestos distorsivos de los tres estamentos (nacional, provincial y municipal), puertos y aeropuertos costosos y burocráticos”, dijo el empresario, quien denunció que “la medida como está planteada lleva a la destrucción de todo lo invertido en robótica y en personal capacitado. Cambiar mano de obra argentina calificada por mano de obra china subsidiada no nos parece un buen camino”.

Quejas de las extranjeras

Hernán Chapitel, director de ventas para Latinoamérica de ASRock, fabricante taiwanés especializado en el diseño y la producción de motherboards, elogió la baja de aranceles. Sin embargo, expresó sus quejas por la antelación con que fue anunciada la medida.

Al igual que las fabricantes locales, las importadoras vieron cómo se frenaron sus ventas ya que los consumidores aguardan por la prometida baja de precios tras la quita de los aranceles.

Desde Adata, fabricante global de memorias informáticas, Marcela Gorini, su country manager para el Cono Sur, coincidió con Chapitel en el elogio y la queja por la baja arancelaria.

“Es beneficiosa si el objetivo es reactivar el mercado impactando sobre el precio final del producto haciéndolo más accesible, y de algún modo desalienta el contrabando. El grave error fue anunciarla con tanto tiempo de antelación y peor aún sin reglas claras, eso provocó una abrupta baja en las ventas que nos afectó a casi todas las marcas”, dijo Gorini.

“En un mercado depreciado no hay nada peor que la incertidumbre. Se ha especulado con bajas de hasta el 50% en algunos productos siendo que en ese caso el máximo de arancel es del 35%. Hasta que no se clarifique y cuantifique esta situación no sabremos bien cuál será el alcance de la medida en cuanto a producto”, dijo Gorini. “Si logran clarificarlo será una buena medida, si creo que no podemos seguir con la prueba y error. Para mover la rueda necesitamos reglas claras”, afirmó.

Vía: iProfesional

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